KAKA
Una sola jugada en el minuto 44 en la final de la Liga de Campeones de 2005 colocaría a Kaká entre los 50 primeros.
Cuando el brasileño se vuelve contra el héroe, hasta entonces improbable, Steven Gerrad y pone a Hernán Crespo de cara a la portería con un pase desde el centro del campo, pasa a la historia con uno de los mejores momentos de las finales europeas. Jamie Carragher estirándose y cayendo mientras intenta miserablemente interceptar la pelota es la guinda del pastel.
Este movimiento resume el período en el que Kaká era el mejor centrocampista del mundo a finales de la década de 2000.
En estos días, sería una combinación de la brutal eficiencia de Kevin de Bruyne y los movimientos plásticos de Luka Modric o Miralem Pjanic.
Esta habilidad se hizo patente en la Liga de Campeones 2006/07, cuando derrotó al Celtic y al Manchester United para convertirse en el máximo goleador de la competición, además de ganar los premios al mejor delantero europeo de la temporada, al mejor jugador del año de la FIFA y Bola de Oro.