Sueño profundo
Compartir una cama es una gran parte de ser una pareja. Incluso si su cama es lo suficientemente grande como para que ambos tengan su espacio, no querrán estar demasiado lejos el uno del otro mientras se acurrucan hasta que ambos se duerman.
Es una gran parte de nuestra evolución, como observa Wiklund, que nos gusta compartir el espacio y el calor corporal con aquellos con quienes tenemos intimidad. Cuando nos acurrucamos, recordamos todos los momentos agradables que tenemos entre nosotros.