Desapontado y con el corazón del partido
Billie tuvo que quedarse atrás y observar mientras otros entraban en el barco debía llevarlo a casa, porque había muchas tropas heridas a bordo. Simplemente no había espacio para el pobre Billy, y para empeorar las cosas, el próximo barco que iba hacia los Estados Unidos tardaría semanas en llegar. Como si ya no hubieran pasado por suficientes pruebas, la baja capacidad del barco impidió que Billie se embarcara. Fue esa decisión que cambió sus vidas para siempre.
